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annypohlenz

¡Quiérete!

Una bonita palabra llena de dificultad. Parece inverosímil que algo tan vital sea a veces tan inalcanzable. Al fin y al cabo si uno mismo no se quiere no va a poder vivir de manera plena, feliz y satisfactoria consigo mismo y mucho menos con el resto. Por ello es vital.


Sin embargo, no siempre es tan fácil quererse, aparecen dificultades que nos impiden sentir ese amor propio. Cada uno podríamos poner nombre y apellido a esas dificultades que nos atan y no nos dejan alcanzar la cima de querernos. Así de primeras se podrían nombrar las siguientes: inseguridad en uno mismo, miedo a no ser aceptado, baja autoestima, desvalorar nuestras capacidades y desconfiar en ser capaz de alcanzar los objetivos que nos proponemos en la vida, ya sean personales, laborales, estudiantiles... Así se podría continuar con esta lista, estoy segura de que a cada uno nos aparecerán a la mente más complicaciones que nos impiden querernos.


Pero...¿Eso significa que nunca podamos llegar a querernos? Ni mucho menos, hay que ser capaces de vencerlas utilizando otros recursos, ¿Cuáles? Cuidar el diálogo interno (qué y cómo nos referimos hacia nosotros mismos). Parar, importante para darnos un tiempo de reflexión, de calma y de ordenar nuestros sentimientos... Dedicar tiempo real a lo que nos da bienestar, esto es muy subjetivo ya que cada uno tiene sus hobbies. Pero hay algo en común que deberíamos tener en cuenta y que de verdad convierte estos hobbies en un autocuidado: ser capaz de prestar atención únicamente a esa actividad sin permitir la intrusión de ideas angustiosas del día a día...


En resumidas cuentas, "quiérete" va de la mano del "autocuidado". Hay que parar y ver qué nos hace bien, tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. De este modo llegaremos a ser personas emocionalmente preparadas y capaces de compartir ese amor propio con los demás y, así, poder querer de verdad.


Ojalá nuestra vida sea un 14 de febrero constante con nosotras mismas. Ojalá se rompan todos los espejos que nos hemos inventado y auto impuesto para nada.

Quiero estar enamorada todos los días, pero de mí, no de una idea inalcanzable, no de un cuerpo enfermo, no de una validación externa.

Quiero despertarme por las mañanas y que la gente vea lo que de verdad importa: mi alma, mis ganas, mi lucha.


Quiero amanecer sintiendo que soy preciosa, porque lo soy, porque tengo un cuerpo precioso simplemente por el hecho de que me permite moverme, abrazar, sentir, reír, habitar un mundo repleto de cosas increíbles.


Y quiero acostarme cada noche orgullosa de todas mis acciones, de mis decisiones, sabiendo que he disfrutado de TODO.


En la vida no existe un período de prueba, sé que tengo que vivirla al máximo.

Quiero quererme tanto que pueda transmitir mi amor a todo lo que me rodea.

Quererme para querer. Curarme para vivir.


Primero estoy yo y mi lucha, primero busco que nazca el amor de mí para mí. Ya vendrán 14 de febrero para amar alguien más, hoy por hoy me baste con respetarme y quererme ya sea un 14 de febrero, 6 de junio o 13 de septiembre.


Autor: Ita. Especialistas en salud mental.



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